Todas estas palabras
definen a un hombre. Cada una de esas palabras es un lado de un prisma y dentro
de ese prisma está la realidad completa de ese hombre. Cuando miramos por cada
uno de los lados de ese prisma vemos una porción de realidad, pero solo cuando todas
ellas se junta entonces es cuando aparece en su totalidad la persona en todas
sus facetas.
El Dueño, palabra que
viene del latín Dominus, Señor o
Dueño, el propietario del esclavo.
El Señor, del latín Senior, el más viejo o de más edad, pero
también el que tiene autoridad, palabra que con el tiempo, en la época medieval
adquirió también el contexto de Dueño.
El Maestro, del latín Magister, el que es más, pero también el
que más sabe, el más experto en una materia y aquel que tiene el conocimiento
para enseñar.
El Tutor, del latín Tutor, el que protege a un menor o a una
persona inferior, el que tutela y guía, el que aconseja, cuida y defiende.
El Amo, de que procede la
palabra Ama, dueña de una casa, y que alcanza el sentido de
Cabeza de familia, Señor
de la casa, Dueño o poseedor.
El Dominante, del latín Dominans, el que domina o sobresale
sobre otros.
Por eso en conjunto todas
estas palabras juntas definen a ese hombre dentro del prisma, el tiene la
propiedad del dominado, el que tiene la autoridad, el conocimiento y la experiencia,
el que tutela, protege y enseña, el que guía