Ella
aprende la espera, el silencio, la reflexión... y aprende esas cosas a través
de ellas mismas. Las siente como un regalo que se le hace y como un regalo que
ella le hace a su Señor. Siente las enseñanzas como un regalo y a la vez le
regala su aprendizaje. Quizá siempre debería ser así, quizá esa sea la esencia
de la educación.
Sé
que muchas veces siente impaciencia, inseguridad, que algo dentro de
ella necesita una palabra, un gesto, algo que le indique que lo esta
haciendo bien, que cada vez soy más como yo deseo que sea, que realmente es más
ella misma y más mía con cada día que pasa. Pero mientras siente esa
inseguridad y esa impaciencia está aprendiendo la espera, la paciencia.
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