A
veces las imágenes, los actos más simples son los que nos muestran con
más intensidad un sentimiento. En esas situaciones toda parafernalia
pierde su sentido y la entrega cobra toda su realidad. La humillación de besar unos pies se convierte entonces en la devoción por mostrar la entrega a su Dueño, en la espera
paciente, con los ojos cerrados, adorando esa piel, a que él haga su
voluntad o a que simplemente disfrute de ver ese cuerpo desnudo a sus
pies.
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